Una peli que lo peta en Cataluña por cómo retrata la maldaZ universal de las relaciones familiares y personales en general que el buenismo tradicionalista vende como puras y sagradas, o el buenrollismo más modernillo como algo entrañable al estilo "Papá no hay más que 1 - XXI" (si llegan a la edición XXX, los niños se acaban conviertiendo en cuervos mesetarios peleando por los despojos de la herencia de ese papá único),
pero el paniaguado de turno debe vender anticatalanismo pretendiendo que es un retrato fiel de los pérfidos catalanes que siempre acaban gobernando La Meseta desde la periferia nacional saltando de la cama de un ejecutivo azul al rojo, y viceversa.
pero el paniaguado de turno debe vender anticatalanismo pretendiendo que es un retrato fiel de los pérfidos catalanes que siempre acaban gobernando La Meseta desde la periferia nacional saltando de la cama de un ejecutivo azul al rojo, y viceversa.









